DOCTOR JUAN MANUEL GÁLVEZ
por Arturo Mejía Nieto
"... está. donde corresponde a la función de jefe: celebra un buen chiste y mantiene una convicción..."
Este hombre bien podría escalar la Primera Magistratura a raíz de cumplirse el acto electoral diseñado por la ley electoral hondureña este año. Cuadra a este político un bosquejo de referencia, que vamos a concretar; pero sirviéndonos de un trato lejano al roce físico, bien que reciente en cuanto al informativo por intermedio de nuestros amigos mutuos. Es «longilargo», es plácido, su idiosincracia hace equilibrio entre un temperamento ya sanguíneo o ya flemático. Sabido es que por lo segundo resulta tranquilamente reflexivo y por lo primero va en él un «después» sobre un «antes».
Como lo expect Pérez de Ayala al definir el temperamento sanguíneo, diciendo: “Es optimista y alegre como la luz naciente”. Alto y físico y deductivo de inteligencia semisanguíneo, ni flemático de temperamento.
Queda por estructurar sus virtudes morales: de los cuatro cardinales predominan en él la prudencia y la temperancia o consistencia. No es un epicúreo como se vé ni un místico, sino un morigerado. De afable contacto, aparentemente, disimulado como ocurre con el hombre responsable en el mundo de pasiones violentas. De profesión Abogado, gusta del trato familiar y del «good humor» entre amigos. Gradúa y canaliza los matices. Está donde corresponde a la función de jefe: celebra un buen chiste y mantiene una convicción. Ya en el examen analítico de su plan de acción, —que no es un programa político sino administrativo—, bueno es saber si alcanzará este itinerario quien así esta armado de fuerza motriz.
En las «Declaraciones y Recomendaciones» del «Partido Nacional» que lo proclama, se declara: etc., velará por la obtención de las fuerzas de la nacionalidad, y se recomienda: “Asistencia social y continuación de la labor educativa y cultural emprendida por el Gobierno del Presidente Carías”.
A este vasto programa de gobierno detalladamente escalonado que se reduce al mejoramiento físico y espiritual de la Nación, presta su coyuntura —como vicecandidato— Don Julio Lozano. Semejante binomio no puede ser superado en el presente elenco político de Honduras.
1 de enero de 1949
Revista “Veritas”, Buenos Aires, República Argentina
Pero entre los que han viajado más y conocen, mejor a Honduras, hay uno que ama a su pueblo, como pocos lo han amado, y esta bien correspondido, porque por donde va pasando siembra una buena acción —como un canto—, y da su mano humana y su sonrisa limpia en el aire que discurre en las pinares.