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MI ABUELO JUAN MANUEL GÁLVEZ

por Laura Cristina Gálvez

Juan Manuel Gálvez se caracterizó siempre por ser un hombre culto, sencillo, tranquilo y humilde. No participó nunca en triquiñuela alguna para escalar posiciones de poder. Tenía también la cualidad de saber escuchar, fuera a políticos, a profesionales, o a campesinos u obreros. Su sencillez le permitía el poder comunicarse con todos.

El gobierno de Juan Manuel Gálvez, contando con el apoyo del pueblo hondureño, implementará políticas que ayuden a hacerle frente a la nueva época de nuestra historia. Este gobierno está caracterizado como el inicio de la modernización institucional del Estado hondureño —proceso que finalizó en la década de los años 60.

Juan Manuel Galvez Durón nació en Tegucigalpa el 10 de junio de 1887, siendo sus padres Jose María Gálvez y Benita Durón. Su padre era un abogado muy respetado en los tribunales de justicia de nuestro país. Estudió en el Jardín de Niños de Tiburcio Acosta e hizo sus estudios de bachillerato en el lnstituto Nacional. Cursó sus estudios universitarios  en la Universidad Central, habiendo estudiado Leyes aunque su deseo era haber estudiado ingeniería. 

 

Participó en la lucha contra el régimen del general Rafael López Gutiérrez en 1924. Ese mismo año fue Diputado a la Constituyente, siendo miembro de la Comisión de Legislación que trabaja sobre un nuevo proyecto de Constitución. 

 

Fue Secretario Privado a la Presidencia del doctor Miguel Paz Baraona. Durante el gobierno de Tiburcio Carías Andino fue Ministro de Guerra, Marina y Aviación. 

 

Después de haber dejado la Primera Magistratura, Juan Manuel Gálvez fue Presidente de la Corte Suprema de Justicia. 

 

Juan Manuel Gálvez se caracterizó siempre por ser un hombre culto, sencillo, tranquilo y humilde. No participó nunca en triquiñuela alguna para escalar posiciones de poder. Tenía también la cualidad de saber escuchar, fuera a políticos, a profesionales, o a campesinos u obreros. Su sencillez le permitía el poder comunicarse con todos. Tenía un buen sentido del humor y muchos de los que lo conocieron recuerdan las bromas que hacía. A Gálvez muchos lo veían como un hombre perezoso y abúlico. Sin embargo, los hechos demostraron lo contrario —no era ninguna de las dos cosas— pues su gobierno se caracterizó por un gran dinamismo que se manifestó en todos los aspectos de la administración pública. 

 

Al asumir la Presidencia de la República, el 1 de enero de 1949, Juan Manuel Gálvez dijo:

 

“Quiero contar con la buena voluntad de todos los que desean el
engrandecimiento de Honduras. 

 

Solamente con el esfuerzo colectivo de los hondureños, será posible que nuestro país ocupe el lugar que corresponde entre las naciones civilizadas; ya hemos dado los primeros pasos, y no debemos detenernos en la senda que aconseja el patriotismo y el amor a nuestro pueblo.” 

 

Así pues, estableció la pauta de su administración: el de llevar a cabo su programa de gobierno no favoreciendo a un sector social sobre el otro, sino que manteniendo la estabilidad de los diversos sectores sociales del país. 

 

Pero para comprender mejor el gobierno de Juan Manuel Gálvez es necesario ubicarlo en tiempo y espacio histórico. El final de la Segunda Guerra Mundial y los años inmediatamente posteriores, según muchos historiadores de América Latina, y particularmente, de Centro América, parece abrir una nueva época. Una nueva época en cuanto a políticas gubernamentales a implementarse, nuevas demandas de reformas presentadas por los diversos sectores sociales, y una nueva adecuación de las políticas económicas ante los cambios en el mercado mundial. 

 

Por ejemplo, los precios del café aumentaron considerablemente y para aquellos países que dependían de la exportación de este producto, esto significó un holgado período de prosperidad económica durante la década de los años 50. Para otros países, las necesidades de otros productos agrícolas, significan el establecimiento de mecanismos y políticas para impulsar estos nuevos cultivos. 

 

El debate teórico sobre desarrollo-subdesarrollo lleva al diagnóstico de males ya conocidos y, a su vez, a la presentación de propuestas para resolveros —y algunas de éstas son implementadas. 

 

Varios sectores —sectors medios, obreros, campesinos, profesores y estudiantes universitarios, profesionales, pequeños comerciantes, artesanos urbanos, etcétera— aparecen en la escena política manifestando su preocupación por diversos problemas sociales y, a la vez, presentando exigencias para algunas reformas. Entre esas reformas están: seguridad social, derecho a la sindicalización, adopción de un código de trabajo, adopción de una política de diversificación económica, control estatal de bancos y del crédito, respeto a la Constitución y al sufragio. 

 

También a esto hay que agregar en el contexto internacional la creciente amenaza de la URSS, lo que lleva a la Guerra Fría. 

 

El gobierno de Juan Manuel Gálvez, contando con el apoyo del pueblo hondureño, implementará políticas que ayuden a hacerle frente a la nueva época de nuestra historia. Este gobierno está caracterizado como el inicio de la modernización institucional del Estado hondureño —proceso que finalizó en la década de los años 60. Durante su gobierno se sientan las bases de esa modernización del aparato estatal —y ésta será profundizada en las siguientes administraciones. 

 

La administración de Juan Manuel Gálvez le dejó a Honduras una gran obra material, que tocó los distintos aspectos de la administración pública: agricultura, obras públicas, salud pública, educación pública, etcétera. 

 

En una entrevista para la Revista “Istmania”, el Presidente Gálvez, al referirse a la agricultura, manifestó lo siguiente: 

 

“Nuestro problema fundamental continúa siendo el que ofrece
la tierra con sus múltiples oportunidades de prosperidad general.
La agricultura es la base de nuestra economía nacional, y
el hondureño de todos los confines de nuestro territorio debe amar
la tierra y tratar de producir más y mejor cada día con las posibilidades
que puede ofrecerle el estímulo económico y los conocimientos técnicos.” 

 

Así, su gobierno afronta los problemas en la agricultura creando instituciones para el fomento de la producción, para el estudio de las necesidades de cada región, etcétera. Una parte vital de la promoción de actividades agrícolas era la apertura de nuevos caminos que enlazaran las zonas productivas con los mercados nacionales y también para poder enviar estos productos a mercados extranjeros. 

 

Para estimular el desarrollo capitalista de la agricultura, se creó el Banco Nacional de Fomento. Por medio del banco se extenderían créditos a productores nacionales —especialmente a los que se dedicaban a productos no tradicionales. El banco promovió las actividades ganaderas en el norte y sur del país, así como también la producción algodonera en esta última zona y también ayuda a la industria azucarera. 

 

Sin embargo, el radio de acción del Banco no se limitaba sólo a proveer facilidades de crédito para actividades productivas, sino que a través de él, el Estado realizaba, casi totalmente, las inversiones necesarias para establecer empresas de procesamiento agroindustrial, las cuales después serían traspasadas al sector privado. 

 

En la agricultura, la asistencia técnica fue canalizada a través del Servicio Técnico Interamericano de Cooperación Agrícola (STICA) que fue creado en 1951. Este organismo, además proveía otros servicios: división forestal, servicios de extensión agrícola, maquinaria para limpieza y preparación de tierras, ayuda a la ganadería, laboratorio de suelos, y un centro de demostración de prácticas agrícolas. Una vez que un proyecto iniciado por STICA se hacía operativo y que había hondureños entrenados en su operación, éste se traspasaba al respectivo ministerio. 

 

STICA dio base para la creación del Ministerio de Agricultura en 1952 y éste se convierte en el Ministerio de Recursos Naturales. Con el fin de preparar los cuadros técnicos para la expansión y mejoramiento de las actividades agrícolas, se creó la Escuela Agrícola de Catacamas y en la misma localidad también se creó la Granja Demostrativa. 

 

Un aspecto vital para la expansión de la agricultura fue la ampliación de la red de carreteras. Las carreteras eran necesarias, como ya se ha dicho anteriormente, no sólo para mover la producción a áreas de consumo, sino que para poder enviar, en mayor volumen, productos agrícolas a mercados extranjeros. Entre estas obras, algunas de las importantes son la Carretera de Occidente (para empalmar Santa Rosa de Copán con San Pedro Sula); carretera de La Esperanza y Mércala (empalmando con la carretera de Tegucigalpa a San Pedro Sula); carretera Juticalpa-Catacamas; nuevo trazo y pavimentación de la Carretera del Sur; la apertura de la carretera entre San Pedro Sula y Puerto Cortés; y el inicio de la carretera Centro-La Ceiba-Tegucigalpa. 

 

Para poder cumplir con todas las actividades emprendidas por el gobierno, era necesaria la adopción de medidas y la creación de instituciones para la eficiente estructuración técnica de las finanzas del Estado. En 1949, se adoptó la Ley de Impuesto Sobre la Renta —así, el Estado captaría los recursos económicos necesarios para sus obras— y la recaudación de éstos eran destinada a la construcción de carreteras. 

 

En 1950, el gobierno de Juan Manuel Gálvez creó el Banco Central de Honduras —la creación de esta institución era una preocupación de misiones extranjeras y se logró concretar en este gobierno. El Banco Central tenía las funciones de emitir la moneda nacional yd controlar la actividad financiera del país. Con la creación de esta institución,  el Estado hondureño adquiere una fuente segura para la recaudación de ingresos fiscales —internos y externos—, para la amortización e intereses de la deuda pública, para la transferencia de fondos al exterior, o para cualquier transacción financiera que se requiera por parte del Estado. 

 

Es importante destacar que durante el gobierno de Juan Manuel Gálvez, Honduras termina de pagar su deuda externa —parte de ésta había sido contraída en el siglo XIX— para la construcción del ferrocarril interoceánico. Honduras así queda libre de deudas y así su gobierno podrá dedicar los recursos necesarios a obras de desarrollo económico. Las inversiones públicas se hacen todas sin empréstitos extranjeros. 

 

Juan Manuel Gálvez también manifestó, en diversas ocasiones, su preocupación por la actividad industrial del país. En la contestación que dio al cuestionario del escritor mexicano, licenciado Francisco Rojas González, expresó lo siguiente: 

 

“Las posibilidades de nuestra industria son múltiples y los planes
que de ella puedan derivarse han de concretarse a la medida
de las necesidades nacionales, tomándose en cuenta los recursos
naturales y las necesidades técnicas que puedan emplearse
en el futuro …" 

 

Se han de tomar medidas protectoras para el crecimiento de la industria y entre esas medidas estará la supresión de algunos impuestos municipales que en la actualidad dan ventaja a la industria extranjera sobre la nuestra.” 

 

Su gobierno, entonces, impulsaría aquellas industrias que suplieran el consumo inmediato del pueblo —no se pensaba en el desarrollo de la industria pesada debido a la falta de capitales y a carencia de mano de obra. Las actividades industriales fueron fomentadas a través de medidas fiscales, tales como: no cobrando impuestos por concepto de maquinaria, combustibles, etcétera; suprimiendo impuestos municipales que estancaban la industria nacional; impuestos aduanales para proteger los productores nacionales. El Banco Nacional de Fomento, también protegió a la industria nacional a través del otorgamiento de créditos —por ejemplo a la industria azucarera— y a otros derivados agrícolas. 

 

También se modernizó la legislación y reglamentación de la Marina Mercante y la Aviación Civil. 

 

En una entrevista concedida Joaquín Mendoza Banegas, en enero de 1949, el Presidente Gálvez dijo lo siguiente:

"En el aspecto cultural, se piensa realizar Una verdadera campaña
de alfabetización nacional para rescatar a millares de hondureños
de la ignorancia. Se traerán profesores europeos para incrementar
la enseñanza técnica en los Institutos de Segunda Enseñanza.
Será creada la Facultad de Ciencias Económicas para dar
una mayor oportunidad a nuestra juventud en las disciplinas
universitarias. En general, la Escuela Rural tendrá especial esmero
en las futuras labores de mi Gobierno”.

 

Se contrató en la República de Chile una misión de educadores para que elaboraran planes para la reorganización técnica de la educación —se esperaba que su labor fuera en beneficio de los hondureños. En 1951, se creó el Servicio Cooperativo Interamericano de Educación —SCIDE— (como dependencia del Ministerio de Educación) con el fin de ayudar a mejorar la educación rural y vocacional. Así, se iniciaron programas de educación con orientación rural que llevaron a la creación de las Escuelas Normales en Danlí, Comayagua y San Francisco, Atlántida. Estas escuelas formarían a los maestros que se necesitarían en las escuelas rurales. Se crearon e implementaron programas para proporcionarle asistencia pedagógica a maestros rurales en servicio —esto a través de los seminarios pedagógicos departamentales.

 

Se creó la Facultad de Ciencias Económicas en la Universidad Nacional —no sólo para darle una mejor oportunidad a la juventud universitaria, sino que también para formarlos cuadros profesionales que demandaba el proceso de diferenciación institucional del Estado y el desarrollo económico. Con el propósito de mejorar la actividad académica de la misma Universidad, se estableció el examen por oposición para ocupar las distintas cátedras -así se podría contar con el personal docente más idóneo.

 

El gobierno de Juan Manuel Gálvez le brindó apoyo a las investigaciones que se llevaban a cabo en las Ruinas de Copán. Además, becó a jóvenes para que continuaran sus estudios profesionales en el extranjero.

 

Con respecto a la salud pública, en su respuesta al cuestionario del escritor mexicano anteriormente mencionado, el Presidente Gálvez dijo:

 

"Considero que la salubridad pública es la base para el desarrollo
de nuestra población, repercutiendo en su mejoramiento económico
y moral. Pueblo sano es pueblo vigoroso, activo y laborioso.
Daré apoyo decidido al programa existente, al que contribuyen
eficientemente las instituciones de los Estados Unidos a través del
personal técnico del Servicio Cooperativo. Se hará un estudio para
mejorar las condiciones sanitarias en los diferentes lugares de la
República, con especialidad los centros poblados”. 

 

El SCISP —Servicio Cooperativo Interamericano de Salud Pública— funcionó como una dependencia del Ministerio de Gobernación, Justicia, Sanidad y Beneficencia y actuaba como asesor técnico y administrativo del gobierno en asuntos de salud pública, estando sus actividades dirigidas principalmente al sector de ingeniería sanitaria y medicina preventiva. 

 

Durante su gobierno se inauguraron los servicios de agua potable en muchas localidades del país, como por ejemplo Juticalpa; Tela; Macuelizo; San José de Copán; Arenal, Yoro; San Marcos de Ocotepeque; Trinidad-La Unión, Santa Bárbara; Erandique, Lempira; Jesús de Otoro; Santa Ana, Francisco Morazán; Minas de Oro, Comayagua; San José, Choluteca; Victoria, Yoro; La Esperanza; San Francisco de La Paz y muchas otras. 

 

Se construyó el hospital de Santa Bárbara. Se reconstruyó el Hospital General San Felipe y se construyó el anexo al Sanatorio de Tuberculosos. Se construyó la Sala de Maternidad del Hospital Leonardo Martínez en San Pedro Sula. Se crearon unidades sanitarias móviles y brigadas médicas —formadas por médicos y estudiantes de medicina— las cuales periódicamente visitaban distintos lugares del país para brindar asistencia médica, repartir medicinas gratuitamente, dar consejos preventivos, recabar informes y datos sobre las condiciones higiénicas de las distintas zonas del país. 

 

Durante el gobierno de Gálvez se construyó el edificio de la Cruz Blanca para el Asilo de Ancianos en el Barrio de La Granja de Comayagüela; también la Casa del Niño en el Barrio de La Bolsa; y el primer comedor infantil en La Isla. 

 

En cuanto a los aspectos laborales, durante su administración se reactiva el movimiento obrero sobre bases regionales, especialmente en el Litoral Norte y en Tegucigalpa: se da una campaña para obtener el reconocimiento legal de la organización sindical y la emisión de un Código de Trabajo. En 1952 la administración de Juan Manuel Gálvez emitió la Ley de Accidentes de Trabajo y posteriormente se dio una ley para regular el trabajo femenino e infantil. También se creó la Dirección de Trabajo. Como consecuencia de la huelga de 1954, se permitió la libre sindicalización de los obreros. 

 

Entre otros, se modernizaron y profesionalizaron las Fuerzas Armadas. 

 

La obra del gobierno de Juan Manuel Gálvez no sólo se manifestó en lo material, sino que en otros sentidos. Al tomar posesión de la presidencia, permitió el regreso de todos aquellos que habían estado en el exilio durante muchos años. Durante su gobierno no hubo ni exiliados ni presos políticos. Se dio la libertad de prensa. 

 

Juan Manuel Gálvez siempre creyó en que para cumplir con su programa de gobierno, él debía contar con los servicios de las personas más idóneas para ocupar cargos públicos. Buscaba tener entre los empleados y funcionarios públicos a todos aquellos que realmente quisieran trabajar por el bien del pueblo hondureño. 

 

Una de las características de su gobierno —y que ha sido destacada por muchos— era la de mantenerse siempre en contacto con el pueblo. Así inicia la práctica de viajar, siempre que fuera posible —casi todos los fines de semana de su gobierno— a diferentes lugares del país, haciéndose acompañar por miembros de su gabinete y por otros amigos. En estos viajes no sólo se mantenía informado respecto al vance de alguna obra pública —construcción de una carretera, de un sistema de agua potable, etcétera— sino que también era ver de primera mano el trabajo que realizaban los funcionarios y empleados públicos y, lo más importante, platicar con los habitantes de la localidad para enterarse de cuáles eran sus necesidades más apremiantes y así ver en qué medida el gobierno podía ayudarlos. Juan Manuel Gálvez acumuló 1,500 horas de vuelo, y recorrió 12,000 kilómetros. En una entrevista concedida al periodista Oscar Acosta del semanario “La Nación” el Presidente Gálvez dijo: 

 

“Más que todo mi presencia en diferentes lugares del país siempre
que tengo la oportunidad de hacerlo, obedece, por una parte, al deseo
de estimular el trabajo que realizan funcionarios y empleados
públicos, y, por otra, para enterarme en forma personal de las
necesidades de las poblaciones visitadas para procurar atender
las de más urgente necesidad.” 

 

El doctor Gálvez depositó el poder en la persona del P.M. Julio Lozano Díaz, Vicepresidente, el 10 de noviembre de 1954. 

 

Para concluir, quisiera volver a recalcar que el gobierno de Juan Manuel Gálvez fue el inicio de la modernización institucional del Estado hondureño, y a medida que avancen los estudios históricos en nuestro país, se comprenderá mejor su obra. 

 

El doctor Juan Manuel Gálvez falleció en Tegucigalpa, a los ochenta y cinco años de edad, el 19 de agosto de 1972. 

 

Tegucigalpa, M.D.C., diciembre de 1998

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